14.3.10

-Te debo una.
-¿Una? No cariño, muchas más. Esta ha sido mi segunda buena acción del día, y ha sido para ti. No te quejes.
Marco sonrió.
-¿Y ahora qué?
Kelly se acercó a Marco y extendió las manos hacia su corbata. Tiró del nudo hacia abajo y se la quitó.
-Ahora... ¿Te he dicho ya que odio las corbatas?
-Odias demasiadas cosas -mientras lo decía le quitó la corbata de la mano-, pero ¿sabes?, todo es cuestión de adaptarse. -Le pusó la corbata alrededor del cuello- ¿Y sabes qué más? -no esperó contestación, no hacía falta-, yo también odio que las mujeres guapas vayan vestidas, y no por eso voy a quitarte ahora toda la ropa.
Tiró de la corbata que le había puesto alrededor del cuello para acercarla a él y unos altos tacones negros le propinaron un pisotón en sus nuevos zapatos italianos de importación.
-¡Ay!
-¡Eres un cerdo! -hizo una corta pausa. Sonrió-. En cualquier caso, como tú bien has dicho: tendrás que adaptarte a verme vestida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Queeeee malvadoooo!! pero a la vez tan morboso :)